El sueño de debutar como futbolista profesional se transformó en una noche amarga para Carlos Vega, juvenil del Deportivo Pereira, quien fue expulsado apenas a los 13 minutos del partido frente al Deportivo Pasto.
Visiblemente afectado, Vega abandonó el campo entre lágrimas, consciente de lo que había sacrificado para vivir ese momento.
El joven había renunciado a su trabajo tan solo dos días después de haberlo conseguido, ya que su jefe no le permitió ausentarse para jugar su primer partido como profesional.
Aunque el debut no fue como lo soñaba, su historia refleja la determinación y el amor por el fútbol que caracteriza a tantos jóvenes colombianos que luchan por una oportunidad.
Los tropiezos también hacen parte del camino hacia los grandes sueños.
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