Un inversionista millonario llamado He-Shihua compró el club de segunda división Chino, ZiboCuju y obligó al DT a poner a su hijo a jugar. El tema es que su hijo pesa 126 kilogramos.
Hace una semana, ingresó el mismo directivo a jugar con la camiseta 10. El que pone el dinero, pone las reglas en China.
Suena increíble pero sucede en el país asiático.