Un día, después de la pesadilla del secuestro, el destino premió a una familia que nunca bajó los brazos, que viene de cuna humilde y que siempre ha luchado como millones por una vida mejor.
Las lágrimas del papá de Luis Díaz, don Mane, el mismo que estuvo privado de su libertad por la guerrilla y que conmovió al mundo, simbolizan un premio más que merecido para un padre orgulloso que vio a su hijo convertirse una vez más en un símbolo de alegría nacional.
Colombia le ganó al todopoderoso Brasil, en un partido donde Lucho, luchó desde el primer minuto por sus colores y por demostrar que pase lo que pase, nunca hay que bajar los brazos ante las dificultades.
Que personalidad, pundonor, fuerza, fe, amor propio, talento, no tenemos suficientes calificativos para describir lo que vimos en un partido que dejó la victoria deportiva 2 goles a 1, pero más allá de ella, el triunfo del amor sobre la maldad.
Luis Díaz, ganó dentro y fuera de la cancha. Colombia consiguió un triunfo histórico, está dentro de las primeras selecciones de la Eliminatoria y tiene a uno de los mejores jugadores del planeta.
Grande Lucho, silenciaste las armas con goles y nos hiciste llorar con tu padre. Gracias por esta alegría. Viva Colombia!
Juan Hernando Suárez Guevara
El Deportivo del Llano