sábado, julio 27, 2024
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Libre Directo: Los perdedores silenciosos del fútbol por cuenta del COVID-19

Es común encontrar en la agenda informativa el debate abierto sobre el regreso del fútbol profesional en Colombia. Diferentes espacios se han diseñado para analizar el tema que plantea en un lado a la Dimayor y en otro costado al Ministerio del Deporte, en su calidad de este responsable del sector.

Los medios de comunicación dedican amplios espacios a las diferentes posibilidades que aparecen sobre la mesa para que los equipos del rentado nacional regresen a las canchas, entendiendo por supuesto los múltiples intereses económicos que se derivan de allí, a partir de derechos televisivos, patrocinios, marketing y demás elementos.

Bajo este panorama, me he encontrado con la sorpresa de que muy pocos, o casi nadie, dedica un lugar para analizar la situación que viven miles de entrenadores, futbolistas, dirigentes y familias que pertenecen a clubes formativos en distintas categorías. Pareciera que toda la realidad del fútbol converge en el profesionalismo, pero olvidamos que para llegar a ello hay que pasar por una escuela que sienta las bases del futuro jugador.

En Casanare, por ejemplo, donde no contamos con balompié de primera ni segunda división, la atención se centra en la participación de siete clubes en las categorías Sub 15, Sub 17 y Sub 20 del Torneo Nacional organizado por Difútbol.

Si a los equipos que compiten en dicho certamen, les agregamos a sus demás integrantes institucionales, niños desde los 5 años de edad, estamos hablando de un número de varios centenares que hoy está totalmente en vilo a causa de la emergencia derivada del Covid-19.

Allí, luchando por mantener presupuestos, pagar siquiera la mitad de los salarios y sostener los sueños de los deportistas que anhelan algún día con ser profesionales, surge la realidad de los más fuertes damnificados, aquellos que no reciben ingresos por derechos de televisión, taquillas o ventas de camisetas, sino que se sostienen básicamente a partir de los aportes de los padres de familia, quienes han tenido que ir dejando de pagar sus mensualidades por consecuencia del mismo problema común.

La incertidumbre es total en este amplio público amateur que no aparece en las portadas de los más reconocidos diarios pero que en silencio espera alguna luz al final del túnel que les permita seguir soñando con no desaparecer.

He hablado con entrenadores que ya están analizando buscar alguna otra posibilidad de ingreso económico, conscientes de que por lo menos en el corto o mediano plazo no regresarán a sus trabajos normales. Si algunas fuentes hablan de por lo menos cuatro meses más para reinicio del rentado de primera categoría, no imagino cuanto tendrán que esperar nuestros cracks llaneros y sus ilusiones de gol.

Sabemos que para los padres de familia realizar ahora mismo un aporte mensual a los clubes donde practican sus hijos no es una prioridad. Entrenamientos digitales no llenan suficientemente las expectativas de muchos y por ello han dejado de pagar a las instituciones, lo cual deriva en que entrenadores, administrativos y personal en general, no reciba un sustento básico.

Es la oportunidad para hacer un llamado general a todos los actores involucrados en esta problemática para que hoy más que nunca trabajen de la mano y no dejen terminar esas iniciativas que un día surgieron como oportunidades para construir el futuro del balompié local.

Mañana, no vendrán indemnizaciones, ni recuperación por cuenta de grandes contratos u aportes privados. Únicamente trabajando en equipo podrán mantener a flote esos escudos que sus hijos, nietos, hermanos y amigos defienden con el corazón en las canchas municipales que sirven como testigos de los nuevos talentos del balón.

Hay que ser fuertes y aguantar la tormenta.

Ustedes, los futboleros del alma, no dejen desfallecer a sus ‘profes’ y dirigentes que han apostado su tiempo, capital y trabajo, por una misma pasión, la misma por la que un día se unieron y ahora pide a gritos que no los deje desamparados.

Allí están, en silencio, los mayores damnificados del fútbol. No los dejemos solos.

Juan Hernando Suárez Guevara

Comunicador social y periodista

Director de El Deportivo del Llano

Periodista ACORD

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