De las historias que pocos conocen, pero que son nuestra que nada sigue por casualidad.
Siendo un niño y en un acto de compromiso, Mateo Carmona marcó en su piel el símbolo de los Juegos Olímpicos, como objetivo principal en su carrera deportiva.
Desde allí, empezó a trabajar por un sueño que se cumplió y con todos los honores.
Siempre se menciona que se debe hablar del campeón, pero hay deportistas que no se llevan una medalla, sino la satisfacción del deber cumplido.
Hoy, fue el único colombiano clasificado a la final del BMX en los Juegos Olímpicos de París, consiguiendo el sexto lugar y el reconocimiento de un país.
A eso, se le suma que su familia vendió el carro para poder acompañarlo en las justas deportivas más importantes del mundo.
Que talento que tienes Mateo Carmona!